Viernes, noviembre 22, 2024

Crisis del turismo y ayudas al sector: Italia gana en la comparativa con España

La crisis del sector turístico tuvo un impacto diferente, tanto en% de pérdidas como en medidas adoptadas en diferentes países europeos.
Las ayudas a las empresas, en el caso de España, se caracterizaron por su “tibieza”, según la alianza turística Exceltur, que las compara con las de otros países europeos con un menor peso del turismo en el PIB y que han impulsado aportaciones directas no reembolsable, entre otras medidas.

En España, el sector potencia principalmente la activación de ERTE, que corresponde a los despidos italianos, que en los momentos más duros, durante el primer estado de alarma, llegaron a beneficiar a un millón de trabajadores (más de 390.000 al final del año), pero es muy crítico con los paquetes de ayuda, ya que es probable que ninguno de ellos llegue en forma de subsidios directos no reembolsables. El Gobierno indica que el sector ha recibido, a través de los distintos mecanismos, 25.000 millones de euros pero las críticas se centran en que la mayor parte de esta cantidad incluye las garantías ERTE e ICO y no concede subvenciones.

Las garantías del ICO, inicialmente útiles, ahora no están operativas porque en general todo el sector tiene problemas de liquidez -que no excluyen que se conviertan en problemas de solvencia- por lo que no pueden devolver los préstamos garantizados por la institución pública.

El primer Plan presentado por el Gobierno prevé una inversión de 3.400 millones de euros durante los próximos tres años, buena parte de los cuales proceden de los fondos del Mecanismo Europeo de Recuperación (Next Generation), que repercutirá de forma conjunta en el sector de 44.000 millones de euros, según el Ejecutivo. En concreto, los presupuestos estatales para 2021 incluyen una entrada de 1.350 millones de euros para el turismo, de los que más del 83% (1.057 millones) procede de ese mecanismo europeo, y los 230 restantes son la dotación estatal.

Además de estos planes, el Ejecutivo presentó a finales de 2020 un Plan de Refuerzo para el turismo, comercio y hostelería por 4.220 millones, que incluye deducciones o aplazamientos de pago en el alquiler del local, rebajas y aplazamientos de impuestos y cotizaciones a la seguridad social, la ” ampliación del catálogo de actividades que pueden beneficiarse de ERTE y un nuevo tramo de avales ICO.

A estas ayudas se suman las distintas medidas aprobadas por las comunidades autónomas pero, en general, el sector sigue solicitando fondos directos.

De una entrevista telefónica con la jefa de Confesercenti RP de Veneto Central, Annamaria Cordova, salió que en Italia, por otro lado, el estado comenzó a pagar contribuciones ya en mayo, sin distinción entre números de IVA y empresas, o por facturación o número de empleados. Y los fondos desembolsados ​​hasta ahora son estatales (no europeos), no reembolsables y puntuales. Para estos, en Veneto, hay fondos regionales que la región dará en cambio sobre la base de la facturación y el número de empleados, etc. Los fondos europeos tardarán mucho en llegar.

Según Exceltur, en Italia -donde el turismo representa un% del PIB muy similar al de España- se han aprobado indemnizaciones no reembolsables que oscilan entre el 10 y el 20% de las pérdidas sufridas, a las que se ha sumado una aportación no reembolsable de 2.000 euros por empresa. Y el año pasado, antes del comienzo del verano, se aprobó un bono turístico de 500 euros, en base a ingresos, para incentivar los gastos de viaje en el territorio italiano y relanzar el sector, además de suspensiones fiscales y de la seguridad social.

En cuanto a las restricciones adoptadas en Italia en el sector, fueron muy similares a las de España, pero con un orden general mucho más claro. Dividieron las zonas por colores según la incidencia del virus y fue el gobierno el que estableció las condiciones para cada zona, por lo que no hubo iniciativa propia de las regiones.

A partir de la semana pasada casi todas las regiones han pasado a ser amarillas (menos 5) y por lo tanto casi todo volverá a abrir, al menos hasta las 6 de la tarde, aunque el toque de queda se mantenga a las 10 de la noche por ahora.

La protesta de la industria por las medidas del gobierno ha sido mínima y los casos extremos han sido aislados y muertos de raíz. Y aunque las tiendas permanecieron abiertas mientras los restaurantes y bares estaban cerrados, según Annamaria, el sector de la confección se vio significativamente penalizado, quizás incluso más que el catering (que al menos pudo brindar servicio de comida para llevar).

En cuanto a las perspectivas de recuperación del turismo para la próxima temporada, el temor es que haya miedo a salir de las zonas de residencia y que por tanto haya poco movimiento, pero tanto las previsiones sanitarias como las sociales dejan esperanzas. Actualmente los hospitales han comenzado a respirar y a mantener el ritmo menos rápido y en Veneto la salud pública ha comenzado a realizar visitas de especialistas de rutina, no urgentes y, por lo tanto, la presión que había allí al final del año ha disminuido. Las vacunaciones están en curso y hasta la fecha en Veneto ha llegado al 8% de la población, lo cual, sumado a los que han logrado inmunidad contra el virus, pone a la mayoría de las personas en una situación de calma.

Al finalizar la llamada telefónica, Annamaria expresó la frecuencia con la que el filtro de la prensa está orientado a dar una visión más negativa que positiva de la realidad. Sobre todo cuando hay explotación política en el medio, que en Italia, como en todas partes, sirve más para demoler que para avanzar. Por lo tanto, dependiendo del interlocutor, surgieron versiones muy contrastantes de los hechos, incluso haciendo que Italia pareciera uno de los países más afectados por el virus, cuando en cambio las cifras y los resultados fueron completamente diferentes.

Además, nadie habla de sectores industriales que, a pesar de la crisis, están bien y de algunos sectores, como la construcción, que se han beneficiado del Bono 110 y que gracias a ello están relanzando todas las actividades relacionadas, dando a las familias si no un respiro, al menos la oportunidad de renovar la casa y ahorrar energía, lo que ciertamente no viene mal en estos días.

Esperamos que España pueda inspirarse en las iniciativas de sus primos italianos e infundir en la gente la confianza y la esperanza de una recuperación concreta que, lamentablemente, parece bastante lejana.

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