Jueves, noviembre 21, 2024

D.O.M. un restaurante de origen malagueña al 100%

Si pensamos en un plato típico de la Costa del Sol, el espeto de sardinas es lo primero que se nos pasa por la cabeza.

El territorio de la provincia de Málaga ofrece una gran variedad de frutas, verduras, carnes y pescados que hasta hace poco eran del dominio exclusivo de algunas ferias de pueblo, y que se preparaban celosamente sólo en las cocinas de las familias productoras, luchando por llegar a los paladares internacionales de los turistas.

Marbella es una ciudad cosmopolita también desde el punto de vista gastronómico, a través de los años, la mezcla de culturas presentes ha traído productos y tradiciones culinarias de todo el mundo, principalmente de Italia, pero no sólo de allí, las opciones para los que quieren comer chino, indio, libanés, japonés, griego, mexicano o nórdico son cada vez más frecuentes, pero, ¿y si prefiriésemos volver a los orígenes y saborear recetas y platos tradicionales de Málaga y provincia?

Hasta hace unos meses teníamos que desplazarnos un poco y buscar bastante, pero ahora tenemos una muy buena referencia en Marbella, y hoy os contamos nuestra experiencia.

El Hotel Meliá Marbella Banús abrió en Abril de este año las puertas de su nuevo restaurante D.O.M. (que significa Denominación de Origen Málaga), dirigido por el chef José Carlos García Marín, que buscó en el pasado para encontrar las mejores recetas de la tradición culinaria malagueña, y lograr así, que su público pueda descubrir sabores que no hay que perder con el paso del tiempo.

La filosofía del restaurante es clara y atractiva: ambiente y platos tradicionales de Málaga, reinventados con un toque moderno, utilizando sólo ingredientes de alta calidad de la zona e  ilustrados por un personal experto.

D.O.M. está justo en la entrada del Hotel Meliá Marbella Banús, un local no muy grande, pero con una decoración original y muy acogedora, con cerámica típica que evoca el mar y madera maciza, todo en tonos azules y marrones, con una alternancia de lámparas, muebles, cuerdas, botellas y accesorios de tradiciones tanto rurales como marineras.

El detalle de la casa, a la espera de probar los platos de la carta, no puede ser más sencillo y delicioso: pan recién horneado, sal gruesa y aceite de oliva en dos variedades: Manzanilla y Hojiblanca, uno más intenso y otro más ligero, que, combinados con un pan tierno y caliente, estimulan el paladar y nos obliga a repetir varias veces la degustación.

La lista de vinos refleja el nombre del restaurante, sólo etiquetas elaboradas por bodegas de la zona, con uvas más o menos en pureza, muchas de las cuales son rigurosamente bio, y con precios asequibles.

Apreciamos la filosofía de D.O.M. desde los entrantes, en los que destaca a nuestro juicio los “Boquerones Victorianos sobre ensalada de pimientos asados con huevo a baja temperatura”. Los boquerones son comunes en los océanos Atlántico, Pacífico y en el Mar Mediterráneo, pero es en la provincia de Málaga, sobre todo en Rincón de la Victoria, pueblo malagueño que reclama con toda justicia la capitalidad del boquerón ya que los pescados en él están catalogados como los mejores de la península, de ahí su nombre “Boquerones Victorianos “.

Sin lugar a duda, el plato fuerte de la casa es la “Paletilla de chivo malagueño asada a baja temperatura”. El “chivo lechal malagueño”, siendo un animal joven alimentado sólo con leche, destaca por su carne muy delicada, aromática y de color rosa pálido, que el chef José Carlos García Marín logra exaltar gracias a una cocción prolongada en baja temperatura y a un ligero toque ahumado. El chivo se sirve bajo una campana de cristal que mantiene el ahumado durante unos minutos dando al plato un sabor irrepetible, además de un hermoso efecto escénico.

Entre otros platos, es digno de nota, “El matrimonio Malagueño“, que consiste en una lubina frita con calamares, mientras para los que prefieren la carne recomendamos el “Solomillo de retinto gratinado con queso al tomillo y reducción de vino tinto D.O. Sierras de Málaga”.

Finalmente, los postres…

Nos complace no encontrar en la carta ningún rastro de fondant de chocolate, brownie, tiramisú o panna cotta, que no echamos en falta, ya que son ahora propuestas redundantes en casi todos los restaurantes de la zona.

En su lugar, encontramos una variación de la “cheese cake”, con un sabor muy especial, que recomendamos a los amantes del queso de cabra y que se sirve con un helado de tomate. Un postre, no demasiado dulce, servido tibio y cuya combinación de sabores es definitivamente un éxito.

Para los amantes de los postres de cuchara, recomendamos pedir la “Torta Loca”, una receta 100% malagueña formada por hojaldre, crema pastelera y glaseado de yema de huevo que el chef reinterpreta manteniendo el simple sabor de un dulce muy popular en los años 70 en Málaga, y que todo buen padre de familia traía a casa un domingo cualquiera.

Por último, no podemos olvidar la profesionalidad del servicio, sabemos lo importante que es la calidad de la materia prima, la experiencia y la fantasía del chef, para decretar el éxito de un restaurante, pero también la habilidad y amabilidad de los camareros juega un papel muy importante.

No es casualidad que hoy, a menos de un año de su apertura, D.O.M. ya ocupe la primera posición entre 1.189 restaurantes en Marbella, según TripAdvisor.

La posibilidad de aparcar justo en frente y una buena relación calidad-precio son ciertamente cómplices, en cualquier caso, D.O.M. nos demuestra que hay un mar de sabores más allá de la fritura malagueña o de los espetos.

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