James Rhodes es el paladín de una manera de acercarse a la música clásica para desacralizarla, para lograr que conmueva a ese “99,8% del resto de la gente” que no es experta en sus rituales y contenidos y a la que le gustaría saber un poco más. Su toque confesional y sanador cierra el próximo lunes 7 de agosto el festival Terral y con él la Temporada 2016-17 de los teatros municipales de Málaga. Partituras de Chopin y sobre todo Bach, su gran referencia, el compositor que le salvó la vida según admite, componen el programa oficial de un recital en el que trufará de anécdotas, historias y revelaciones la música que irá interpretando. Como asegura, para contextualizar, comprender y disfrutar del legado del compositor de la Pasión según San Mateo “es mucho más importante” contar que “fue un hombre que arrastró su pena toda la vida” debido al fallecimiento prematuro de casi todos sus seres queridos “que decir que una pieza se hizo en re menor”. Y el pianista lo hará como suele: con ropa cómoda e informal y cuidando tanto la comunicación con el público como el pulso de las teclas.
El concierto de Rhodes en el Teatro Cervantes (20.30 horas del lunes 7, de 12 a 36 euros) no está dirigido, como ha revelado en una reciente entrevista, “a las personas que llevan traje y corbata, que saben cuándo aplaudir y que pronuncian bien los nombres de los compositores” sino a esos melómanos aficionados que se quedan paralizados en la puerta de los auditorios y grandes teatros y se preguntan “¿cuándo debo aplaudir?, ¿qué debo llevar?, ¿qué es un movimiento?”. Su propósito es aproximar a todo el mundo la esencia de ese “mejor amigo” suyo que ha sido siempre la música, un arte “que nos proporciona todo lo que necesitamos”, algo así “como una droga milagrosa que no tiene horribles efectos secundarios”.
La Partita núm. 1 en si bemol mayor, BVW825, de Johann Sebastian Bach, la Balada núm. 4 en fa menor, Op.52, de Frédéric Chopin, y la Chacona en re menor de Bach en la adaptación para piano de Busoni formarán la columna vertebral del recital que cierra Terral. El Teatro Cervantes recibirá lleno (la mañana de hoy viernes quedaban poco más de 200 entradas disponibles) la particular, personal e interactiva puesta en escena del carismático, visceral y muy talentoso pianista, uno de los principales divulgadores de la música clásica en el mundo gracias a sus giras y conciertos en todo tipo de festivales y salas, y a varios documentales sobre su figura filmados con la complicidad de cadenas de televisión británicas. Será el primer concierto que ofrece en Málaga, aunque en su rol de escritor estuvo presente en la tercera edición de la Noche de los Libros, celebrada en La Térmica el pasado abril.
La música como superación de los obstáculos vitales
“En mis conciertos hablo de las piezas que interpreto, cuento por qué las he elegido, qué importancia tienen para mí y en qué contexto se compusieron”. Así explica James Rhodes cómo son sus recitales en el prólogo de su libro Instrumental. Memorias de música, medicina y locura (más de 75.000 ejemplares vendidos), un estremecedor relato biográfico que habla de abusos infantiles, música y supervivencia con el que ha obtenido un enorme e inesperado éxito en todo el mundo. Además de tocar y contextualizar las obras que interpreta, el pianista británico también cuenta sobre el escenario, entre piezas de Bach, Chopin, Rachmaninov, Schubert o Beethoven, la historia de su vida y de cómo la música le ha ayudado a superar los numerosos obstáculos que se ha ido encontrando por el camino.
Rhodes nació en Londres en 1975. Trabajó en un Burger King y como hombre de negocios en la City londinense, y ahora escribe columnas en The Guardian y actúa en escenarios tan supuestamente alejados de la llamada ‘música clásica’ como el Sònar. Recientemente ha trasladado su residencia a Madrid.
El de James Rhodes es el último de los ocho conciertos de Terral, el festival de verano de los teatros municipales de Málaga. Terral ha recibido a los españoles Vicente Amigo (29 de junio) y Mayte Martín (30 de junio), la portuguesa Dulce Pontes (1 de julio), el malí Salif Keita (3 de julio), el francoargelino Rachid Taha (7 de julio), los escoceses Capercaillie (9 de julio) y el siciliano Franco Battiato, que abrió el 13 de julio en la plaza de toros de La Malagueta su gira española con un concierto intimista, emocionante y cercano rodeado de sus pianistas, Carlo Guaitoli y Angelo Privitera, y del Nuovo Quartetto Italiano.