A tan solo una semana de apertura el restaurante Hacienda Alakran (ex La Casería), ubicado entre Teatinos y Puerto de la Torre, promete ser tendencia gracias a su propuesta gastronómica que fusiona lo mejor del Mediterraneo, con lo más típico de Málaga y lo más atractivo de México. Una tarea nada fácil de conseguir a un nivel culinario tan alto y en un ambiente desenfadado y tematizado en los detalles como el que han sabido recrear sus fundadores.
Se trata de cuatro cocineros con dilatada experiencia nacional e internacional, pero con Málaga en el corazón: Richard Alcayde, Miguel del Valle, Miguel Ruiz Miguelito y Álvaro Redondo han juntando sus talentos apostando por un concepto innovador y sin duda cautivador para nuestra ciudad.
Desde hace una semana, el restaurante no para de recibir reservas (incluso de grupos y de clientes con afamado paladar). En pleno ritmo tanto a mediodía como de noche, brinda almuerzos de 13:00 a 16:00 horas y cenas de 19:30 a 23:30 horas, aunque su objetivo con la buena temporada que se acerca es convertirse en el “place to be” de los tardeos y copeteos malagueños. Y hay que decir que las instalaciones y decoración son ideales para una apertura non-stop. Internamente consta de 2 salas muy acogedoras en niveles diferentes, y al exterior las mesas se distribuyen en un pintoresco porche que domina la piscina y alrededor de ella en un diseminado de plantas, decoraciones y luces al estilo caribeño y andaluz.
Los cuatro chefs, con una vasta experiencia, han concebido un menú sorprendentemente original, que destaca por su fusión entre la cocina mediterránea y mexicana, describiéndola como una apuesta “atrevida y canalla” pero respetando sabidamente la materia prima y destacando la calidad de cada producto.
Los cuatro amigos han decidido crear un espacio donde los visitantes puedan vivir una experiencia vibrante, desafiante y auténticamente fusión.
Cada rincón de la hacienda, desde el mobiliario colorido y sus adornos hasta su menú, está impregnado de esta visión, invitando a todos a sumergirse en una experiencia única que celebra la vida, la pasión y la rebeldía.
La oferta incluye una diversa selección de entradas, entre las que se encuentran dos versiones de guacamole (9,5 y 10 euros); aguachile de atún y yogur griego (14,50 euros); tosta de maíz de camarones (7,5 euros), ceviche de pescado de escama (14 euros) y croquetas de tinga (7,5 euros), entre otras opciones.
En el apartado de tacos, se destacan opciones como el de cochinilla pibil ibérica (8 euros por dos unidades), tinga de res (9 euros por dos unidades), carabinero a la concha con cebolla (12 euros), calamares fritos (9,5 euros por dos unidades) y chivo malagueño moruno (11 euros por dos unidades).
La sección de parrilla ofrece platos como el pescado de mercado zarandeado (12 euros); churrasco de pollo de grano Yukatán (12 euros), rib eye de vaca madurada (26,5 euros), costilla de Black Angus a baja temperatura (24 euros) y mollejas de corazón (13,5 euros).
El menú se completa con los guisos: rabo de toro guisado con plátano macho, migas y mole poblano (14,5 euros) y su versión particular del gazpachuelo de maíz, setas, cilantro y queso Oaxaca (12 euros). Para finalizar, la carta propone varios postres, como calabaza asada, mandarina, pipas garrapiñadas, plumcake ahumado y lima (6,5 euros); tres leches en textura, caviar de palomitas y cajeta (7 euros); tarta de queso fluido con pistacho helado (8 euros) y cremoso de chocolate 70%, plátano asado y mole (7 euros).
Cabe destacar también la bodega que ofrece etiquetas reseñables de todas las denominaciones españolas, con especial cariño a las producciones andaluzas que cada día van cogiendo más prestigio. La experiencia culinaria incluye también un buen maridaje que en Hacienda Alakran se puede repetir y memorizar, gracias a una app, que permite al cliente guardar cada vino elegido en sus visitas. Tanto Richard como sus compañeros nos aseguran que llegarán más sorpresas, porque su creatividad y sus ganas de sorprender solo acaban de empezar: las posibles combinaciones de productos seguirán también un calendario de temporadas y seguramente el verano nos reservará alguna novedad.
