Invertir se refiere, en general, al proceso de adquirir activos con el fin de obtener ingresos o revalorizar el capital en el futuro.
Los tipos de inversión varían enormemente en todos los ámbitos, desde las acciones y los bonos hasta las materias primas tangibles.
Por esta razón puede resultar difícil comprenderlos a fondo si no se está familiarizado con algunos conceptos financieros básicos y la toma de decisiones de ahorro e inversión no es algo que se deba tomar a la ligera. El inversor tiene que elegir un camino entre varios; esa elección influirá en su capacidad financiera, presente y futura.
Antes de poner a trabajar el dinero, es conveniente tener claro el por qué, para qué y dónde invertir. Según Clemente Álvarez Fernández de Grupo Financiero GP, estas son las líneas a seguir para empezar a moverse en este ámbito.
1 .- Solo invierte el dinero que no vayas a necesitar: Esta regla es fundamental. JAMAS inviertas dinero que no tengas o vayas a necesitar a corto plazo. Siempre invierte dinero sabiendo que, si tu inversión no sale según lo previsto, esa pérdida no afectará a tu salud financiera.
2 .- Identifica tu perfil inversor: Debes definir claramente cuál es tu tolerancia al riesgo, cuantificando las ganancias y pérdidas que estás dispuesto asumir y mantente fiel a tu estrategia inicial, esto te ayudará a evitar tomar decisiones impulsivas basadas en emociones.
3 .- Establece metas financieras claras: Planifica objetivos a medio y largo plazo, nunca a corto plazo. Recuerda que estas invirtiendo no especulando, predecir la dirección del mercado a corto plazo es perder el tiempo, créeme. Desconfía de las predicciones de los gurús financieros.
4 .- El tiempo es tu aliado: Comienza a invertir lo antes posible, crea un plan realista y sensato. Sé paciente, constante y disciplinado, deja que el milagro del interés compuesto trabaje para ti. De todos los factores que afectan a la acumulación de capital por inversión el factor tiempo es el más importante… “Recuerde la regla del 72″ →
5 .- Diversifica con sentido: No pongas todos los huevos en una sola cesta. Es fundamental que tu dinero este bien diversificado, combinando la gestión activa y pasiva; por clase de activos (acciones, bonos, bienes raíces, etc.), regiones geográficas y divisas. La diversificación ayuda a reducir el riesgo y equilibrar posibles pérdidas.
6 .- Inversiones periódicas: Invierte de manera progresiva independientemente de las fluctuaciones del mercado. Las estrategias de aportaciones periódicas en el largo plazo permiten reducir la volatilidad y los riesgos. Además, esto te permitirá obtener un coste medio de los activos de tu cartera.
7 .- Seguimiento y disciplina: El valor de las inversiones están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales. Realiza revisiones periódicas de tus inversiones para asegurarte de que sigan alineadas con tus objetivos. Realiza ajustes según sea necesario, pero evita cambios impulsivos que puedan afectar negativamente tu estrategia a largo plazo.
8 .- ¡Cuidado con los costes!: Compara bien las tarifas y comisiones de cada entidad. Inciden mucho en la rentabilidad final de su inversión.
9 .- Déjate asesorar: Por lo general, los productos de ahorro e inversión y la operativa de los mercados son cada vez más complejos y requieren mucha atención, por lo que deberás decidir si te conviene recurrir a un asesor financiero para la gestión de tu dinero.
En caso de que decidas ponerte en manos de un asesor financiero, deberías asegurarte de que sea un profesional cualificado y con experiencia, con certificación financiera acreditada por la CNMV. Un asesor de confianza puede ayudarte a evaluar tus necesidades financieras, crear una estrategia de inversión personalizada y brindarte orientación en el camino.
10 .- Tú tienes la última palabra: Contrata aquellos productos y servicios que conozcas y entiendas, las decisiones finales son solo tuyas y debes sentirte cómodo con ellas.
Recordamos que estos son consejos generales y cada inversor tiene circunstancias y objetivos únicos. Siempre es recomendable buscar asesoramiento personalizado y adaptar estrategias a la situación particular.