La faceta más tropical del pianista italiano Stefano Bollani y el virtuosismo del guitarrista estadounidense John Scofield despiden este fin de semana el 32 Festival Internacional de Jazz de Málaga. Tras la esperada descarga de esta noche del percusionista Billy Cobham, para la que solo quedan unas decenas de entradas, la cita jazzística de Málaga se abre mañana sábado a las querencias brasileñas del transalpino, que comparecerá en el Teatro Cervantes en formato quinteto para presentar Que bom, y culmina el domingo con el “alimento para el cerebro” que nos servirá en bandeja Scofield con su proyecto Combo 66. Aún quedan butacas disponibles para ambas sesiones (de 11 a 32 euros la de mañana de Bollani y de 12 a 36 la del domingo del norteamericano).
Las dos últimas jornadas volverán a completarse con decenas de actuaciones del Abierto de Málagajazz en calles y plazas, restaurantes, cafés y hoteles. Además de los invitados sorpresa de primerísimo nivel que están sumándose a las actuaciones, entre el sábado y el domingo intervendrán en el Abierto veintitrés agrupaciones o solistas en veintiséis sesiones de libre acceso, entre muchas otras las del quinteto de Lorenzo Azcona, Dan Ben Lior, Rita Payés con Enrique Oliver, Yuri Storione en trío y en cuarteto, Arturo Serra en formato cuarteto, el trío de Atsuko Shimada Trío, Tete Leal o el quinteto de Javier Navas.
Bollani y su Que bom y Scofield con su proyecto Combo 66
Stefano Bollani, uno de los más personales, atrevidos y admirados pianista de la actual escena jazzística europea, vuelve al sonido brasileño que ya homenajeó en su celebrado álbum Carioca (2008) con su más reciente disco, Que bom, que presenta en una gira mundial con escala en el Cervantes. El sábado 3 se escucharán sus contagiosos y alegres temas, unas melodías originales con acentuado sabor del país de Caetano Veloso que el instrumentista y compositor italiano interpretará en formato de quinteto. Junto a él figurará la misma sección rítmica sobresaliente de Carioca: Jorge Helder al contrabajo, Jurim Moreira a la babería y Armando Marçal y Thiago da Serrinha en la percusión.
Tras esta inmersión en el jazz tropical de Bollani, cierra el 32 Festival Internacional de Jazz otro viejo conocido de la afición malagueña. John Scofield regresa el 4 de noviembre al Teatro Cervantes tras muchos años de ausencia (lo vimos aquí en 2004 y en el Festival de 2007) con su proyecto Combo 66, en el que su guitarra está acolchada por el toque de Gerald Clayton (piano), Vincente Archer (bajo) y Bill Stewart (batería). Lo hace para brindarnos una nutritiva ración de un género, el jazz, que según ha comentado en una entrevista concedida a un medio malagueño es “música culta, comida para el cerebro”. Scofield es unánimemente considerado como un maestro de la improvisación capaz de oscilar entre el post-bop, el jazz-funk, el jazz-rock, el soul y el R&B, un músico ya legendario que debutó con Gerry Mulligan y Chet Baker, grabó con Charles Mingus en los 70 y compartió carrera con Miles Davis entre 1982 y 1985. En suma, virtuosismo, elegancia y magisterio para despedir la trigésimo segunda edición del Festival de Jazz, una cita que comenzó con un abarrotado y didáctico concierto de la orquesta y el quinteto del Centro de Artes y Música Moderna de Málaga, en la que ya han dejado gratísimas impresiones que GoGo Penguin y Madeleine Peyroux en sus actuaciones del martes y el miércoles pasados, y que ha tenido el inconveniente de la cancelación por enfermedad del set de Michel Legrand previsto para ayer jueves.
Esta edición cuenta con el patrocinio de Cervezas Alhambra, la colaboración de Obra Social “la Caixa” y Fundación Sando y el apoyo de MAHOS y AEHCOS en Málagajazz.