Cuenta la leyenda (en este caso, cierta) que las batas fueron el origen del imperio Inditex. Pues bien, en esta situación de emergencia sanitaria, Zara vuelve a sus orígenes y planea volver a fabricar batas, aunque en este caso, sanitarias, de las que necesitan los equipos médicos para protegerse frente el coronavirus. El equipo de producción del grupo está valorando la viabilidad del plan, para lo que, explican, será necesario “realizar una serie de ajustes sanitarios y confirmar la disponibilidad de materia prima”.
La empresa de Amancio Ortega ha donado también 10.000 mascarillas de uso quirúrgico, tiene previsto el envío de otras 300.000 esta semana y también la intención de hacer al menos una aportación semanal de material sanitario. Además, ha puesto a disposición del Gobierno su potente red logística en China para traer desde allí los suministros médicos que adquiera. “Se está trabajando para traer el material que las autoridades sanitarias españolas han señalado como más urgentes: máscaras, guantes, gafas protectoras, gorros, calzas y protectores faciales”, explica la compañía en un comunicado. El grupo tiene diez fábricas textiles en España, todas en Galicia. La compañía gestiona actualmente la tramitación de un ERTE que afectará a cerca de 37.000 trabajadores en España, es decir, la práctica totalidad de la plantilla de sus tiendas, que ya está en casa por el cierre de los comercios no esenciales ordenado por el Ejecutivo. La medida entraría en vigor a partir del mes de abril y sería, en todo caso, temporal, aclaran desde la compañía.
Inditex no es, ni mucho menos, la única empresa del sector textil español que ha puesto su capacidad productiva al servicio del Gobierno. La semana pasada comenzaron los contactos entre los ministerios de Industria y Sanidad y diferentes asociaciones sectoriales para explorar la posibilidad de usar estas empresas como proveedoras de mascarillas, guantes, gorros, pijamas o trajes desechables. De momento son más de un centenar las que han respondido al llamamiento del Gobierno y el sector calcula que podrían ser un millar las que en las próximas semanas se conviertan en suministradoras de material sanitario para los hospitales españoles. Algunas son pymes y otras grandes empresas como Textil Santanderina. El grupo cántabro, otro de los gigantes españoles de la industria, con siete plantas de hilatura, ya está adoptando las medidas sanitarias necesarias para empezar a trabajar.
Lo mismo está sucediendo en Italia y pasó antes en China. En el país transalpino, el grupo Meroglio fue el primero en poner su vasta capacidad productiva (tiene más de 4.500 empleados y gestiona once marcas, entre ellas Elena Miró, Motivi o Diana Gallesi) al servicio del Gobierno. En las primeras dos semanas tras el cambio fabricó 600.000 mascarillas. Ahora se ha embarcado en una carrera contrarreloj para producir las 100.000 mascarillas al día que le han solicitado para intentar frenar la hasta ahora imparable expansión del virus en el norte del país. Otras empresas como Artemisia o Santini han seguido sus pasos y han comenzado a fabricar material médico.
También la industria cosmética está adaptando su producción a la crisis del Covid-19. El gigante del lujo LVMH ya anunció que las instalaciones que habitualmente producen los perfumes y cosméticos de Dior o Givenchy se dedican desde este lunes a fabricar desinfectante de manos para la red pública de hospitales franceses. En España, Cantabria Labs, firma de referencia en prescripción dermatológica en Europa con marcas como Endocare, ha comunicado al Ministerio de Sanidad que está preparada para producir miles de unidades de gel hidroalcohólico al día. El martes sacaron las primeras 12.500 unidades.
Puig también se ha ofrecido a fabricar geles hidroalcohólicos para evitar el desabastecimiento y la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) está coordinando los esfuerzos de las empresas del sector para proveer al sistema sanitario de soluciones desinfectantes.
