Lunes, diciembre 16, 2024

Picasso desde mis ojos

El pasado viernes, en la galería de arte “Es Arte Gallery” del Centro Plaza de Nueva Andalucía, tuvo lugar un vernissage muy peculiar, dado que el artista protagonista era un niño de 10 años, que en tan solo unos meses llegó a pintar más de 10 obras, de diferente tamaño y estilo, inspiradas a Picasso. Para nuestra redacción fue un placer asistir y apoyar el arte y el talento de Rafael Barrio, que de seguir así, tendrá futuro resplendente.

Citamos aquí la nota critica de Patricia Bueno.

Sabemos por la historia que Pablo Picasso jugó a parafrasear plásticamente desde su propio lenguaje a los grandes genios del arte, y por sus cuadernos, que los invocaba para encontrar el camino cuando no estaba inspirado. De este modo, existe una anotación de 1898 en uno de ellos en la que escribe “Greco, Velázquez, inspiradme” en un arranque de petulancia mística muy acorde a la personalidad compleja que de él ha trascendido.

Pero el ejercicio que conlleva la razón de ser de este solo show es mucho más limpia, ingenua y dulce a pesar de que conceptualmente, nos remite a justificar que la genialidad, tenga la edad que tenga, busca el camino correcto revisando hitos de la historia del arte. Es precisamente en esa línea, en la que empieza a moverse profesionalmente el joven artista Rafael B., que con solo 10 años presenta una serie de lienzos de mediano y gran formato en los que versiona, desde su particular lenguaje, fragmentos de obras emblemáticas como Guernica o la versión de Las Meninas que hiciera el genial artista malagueño.

Y este ejercicio es muy complejo, requiere seriedad, compromiso, valentía y voz propia, dónde quizás resida la mayor virtud de este asunto, pues, cada una de las piezas de este artista, aportan riesgo, evolución y pensamiento, más allá de una mano habilísima y una sabia concepción estética, capaz de transformar desde la mirada de un niño la imagen mitificada de estas iconografías superando, desde la pureza, los prejuicios de bagaje que se vinculan a los emblemas plásticos, sus contextos y sus significados y simbologías.

En lo descriptivo, su proceso de trabajo puede antojarse didáctico, sublimado y de transición. Plásticamente es comprometidamente lúdico, trascendental e innovador, en sintonía con los actuales métodos de trabajo de la pintura internacional, en la que la imagen se compone y crea bajo el criterio del propio artífice, a partir de una realidad que ya existe, o que se crea a partir de su percepción personal, en este caso, ejecutando, quizás sin ser consciente, un metalenguaje elevado que resulta de gran interés.

Sin embargo, y a pesar de todo, es su inmensa juventud – con las innumerables oportunidades que la vida le depara a este artista-  lo que alcanza mayor cota de expectativas pues, si Picasso tuvo la oportunidad de estudiar la obra de Velázquez y El Greco a los diecisiete y mantener su referencia en pinturas y dibujos a lo largo de toda su trayectoria; asumir y versionar su obra con gran dominio a los diez, no puede ser catalogado de otra manera que como el preludio maravilloso de un futuro prometedor. 

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