El día de la Tierra se celebra en todo el mundo desde hace más de 50 años y España no es la excepción. Este día se ha convertido en una ocasión para reflexionar sobre el cuidado de nuestro planeta y las especies que lo habitan, así como para tomar medidas que contribuyan a su protección y conservación.
Además, en los últimos años, ha surgido una preocupación cada vez mayor por el bienestar animal y, con la nueva ley, existen ciertas especies que pueden ser consideradas invasoras. Una de estas especies son las mangostas, que han sido incluidas en el catálogo de especies invasoras en España por El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). Uno de los motivos es la posible popularización de estos animales como mascota.
Una mangosta es un pequeño mamífero carnívoro. Son similares en apariencia a una comadreja o un hurón y pertenecen a la familia Herpestidae. Las mangostas generalmente viven en África o Asia, aunque también se pueden encontrar algunas en el sur de Europa, principalmente en España. Se limitan principalmente a las zonas tropicales cálidas, donde suelen vivir en madrigueras, aunque su hábitat va desde los bosques hasta los desiertos. La mayoría de las mangostas son terrestres, lo que significa que viven en la tierra, pero algunas son semiacuáticas y se sumergirán en el agua para cazar peces.
Según la Federación de Asociaciones Unidas por la Naturaleza y los Animales (FAUNA):
“Las especies exóticas invasoras suponen un problema de enorme magnitud en todo el mundo y la Unión Europea es puntera en lo que se refiere a su prevención y manejo. La Comisión Europea ha invertido muchos recursos en poner a punto protocolos para identificar las posibles amenazas, para lo que ha contado con un grupo de expertos internacional de reconocido prestigio. Fruto de ello, es el marco de normas mínimas para la evaluación del riesgo de las especies exóticas, que aporta una lista de comprobación de los componentes que deberían figurar en las evaluaciones de riesgos de las especies exóticas invasoras, así como recomendaciones para elaborar evaluaciones de riesgos que cumplan estas normas mínimas propuestas. El MITERD ha decidido ignorar dicho marco y realizar un análisis de riesgos único para toda la familia de las mangostas, algo para lo que los protocolos de evaluación no están preparados. Además, el MITERD estaría vulnerando la ley al incluir una familia en el Catálogo, cuando el real decreto que lo regula indica que debe hacerse especie por especie. Si bien es cierto que se incluyen familias en el Catálogo, esta inclusión fue conjunta con la redacción del Real Decreto 630/2013 y no estaba obligada por sus términos”.
FAUNA concluye, exigiendo al Gobierno, que, si desea incluir una familia, debe realizar una evaluación de cada una de las especies siguiendo los mínimos estándares científicos, los mismos que le exigiría a cualquier ciudadano que desease incluir o excluir a una especie del catálogo y no realizar análisis para salir del paso.
El bienestar animal y la conservación de la biodiversidad están estrechamente relacionados y es fundamental trabajar en ambos ámbitos de manera coordinada, para garantizar un equilibrio ecológico sostenible.
